
¿Cuáles podrían ser las leyes estructuralistas de la combinación?
En su formulación más sencilla, las sensaciones se sumarían simplemente unas a otras, y la observación de un grupo de estímulos simples consistiría sencillamente en la suma de todas las sensaciones que habrían ocurrido si cada estímulo hubiera estado presente separadamente, más las imágenes con ellos asociadas. Designaremos esta hipótesis como la hipótesis de adición (todo se suma).
Según los supuestos estructuralistas, todo lo que vemos se compone de luz y sombra, de puntos o manchas de color. No poseemos receptor alguno para el “movimiento”, la "causación"; no poseemos receptor alguno para el "enojo", la "astucia", la "atracción sexual".
Las constancias perceptuales.
El mundo que vemos es, en conjunto, un mundo cambiable. Obviamente en circunstancias excepcionales podemos descubrir los enormes cambios de tamaño de la estimulación proximal al movernos de un lado para otro, y los cambios de la luz que llega de un objeto a nuestro ojo, al cambiar la iluminación. De un modo más general, un amigo no parece doblar en tamaño a cada par de pasos; los focos de un automóvil no parecen cambiar de círculos a líneas, a elipses, cuando pasan a nuestro lado en la carretera, y el pedazo de carbón no cambia de negro a blanco al pasar de la sombra a la luz del sol. Las características de los objetos parecen permanecer aproximadamente constantes, pese a que cambie la situación o la estimulación proximal correspondiente. Estos fenómenos generales se designan diversamente como constancias de OBJETO, constancias FENOMÉNICAS o constancias PERCEPTUALES.
Contornos, formas y figuras.
Empecemos con el hecho de que, si bien todo contorno divide la estimulación en el ojo en dos regiones, la forma de ambas regiones no pueden observarse simultáneamente: únicamente se verá una forma u otra en cualquier momento del tiempo. El lado cuya forma es visible se denomina la figura,y por lo regular, parece estar interpuesta entre observador y el fondo, que parece extenderse una distancia indefinida detrás de la figura. Deberíamos observar que el contorno de la figura se comporta en ciertos modos, como el borde de un objeto, que por su naturaleza misma sólo tiene una figura en uno de los lados, ya que más allá de este borde la superficie del objeto dejar de existir. ¿Es el hecho de que los contornos figurativos tengan forma en una sola dirección, un resultado de nuestras experiencias pasadas con los bordes del objeto? Esto se ignora en el presente. Sabemos, sin embargo que no es sencillamente una cuestión de pensar en las figuras como si fueran objetos, ya que la figura puede ser inconsistente en formas en que no puedan serlo los objetos. Por otra parte, este fenómeno no es simplemente resultado de que hayamos aprendido a asociar dibujos con objetos, o sea, de haber aprendido que los contornos "representan" los bordes de los objetos.
El niño no necesita aprender específicamente para ver los dibujos con objetos, como lo harían para aprender un idioma extranjero, ni lo necesitan tampoco los simios jóvenes, de modo que no existen el presente razón alguna para considerar que las propiedades que los contornos comparten con los bordes de los objetos sean el resultado del aprendizaje.
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