lunes, 6 de julio de 2009

Forma y Composiciòn - 5


Los factores de agrupación.


La percepción ha sido definida como una agrupación de sensaciones subordinadas a las leyes de la atención. Cuando miramos un cuadro no vemos una suma de pinceladas y desórdenes de color, sino que los agrupamos en la impresión total del cuadro. Cuando escuchamos una composición musical no oímos una suma de sonidos aislados, sino que agrupamos éstos en una impresión totalizadora.
Pero la percepción es organización. ¿Se trata de una organización completamente arbitraria? Ya hemos visto que la percepción depende de la imaginación aunque sólo hasta cierto punto. La agrupación de materiales iguales no depende solamente de nuestra organización individual. Agrupamos las impresiones generales en la misma forma. En cierto modo transformamos los objetos en lo que significan para nosotros; sin embargo, en gran parte, las cosas nos inducen a percibirlas en determinada forma.
En primer lugar, está el nivel de la forma. El animal y el hombre perciben una cosa redonda como redonda (u orgánica) y una cosa angular como angular (u geométrica) o por lo menos distinguen entre ambas y reconocen la redondez en sus variadas formas y lo anguloso en sus distintos matices.
Los simios que fueron enseñados a reaccionar a formas geométricas, positivamente al cuadrado y negativamente al círculo, cuando el experimentador sustituya las formas geométricas por dibujos -el cuadrado por una casa y el círculo por un ganso redondeado- los simios establecieron relaciones equivalentes prefiriendo la forma relativamente cuadrada a la forma relativamente redonda. Gente de la más diversa ilustración pueden reconocer las diferentes partes de una mesa como pertenecientes al mismo objeto cuando perciben éste.



El nivel perceptivo para el significado de una cosa es distinto en las diferentes culturas. Al ver una mesa todas las personas que pertenecen a nuestra civilización la consideran como un artefacto para colocar objetos. Para algunos pueblos primitivos, acostumbrados a poner las cosas sobre el suelo, la mesa puede tener el valor de un trono. Si una persona está familiarizada con los estilos artísticos (estilos Luis XV, modernista, dada), a la percepción de la mesa asocia ciertas características peculiares. Una persona puede percibir detalles que otra no advierte.
La parte más diferenciada de la percepción depende de un amplio grado de experiencia, percibir un objeto como "mesa" o como "trono" o percibir los detalles de su estilo depende de nuestros conocimientos y experiencia.
Pero la cuestión que se plantea es si la primera percepción del niño es "una enorme confusión" a partir de la cual combina gradualmente los elementos en un mosaico de percepciones. La cara de su madre, que reconoce a partir del segundo mes, ¿es una combinación de innumerables sensaciones? Tanto el niño como el animal perciben inmediatamente ciertas expresiones de la cara de las personas que se les aproximan. Ríe cuando ve una cara amistosa y grita cuando ve una que lo asusta. Así pues, las percepciones básicas parecen basarse en principios de integración.
Los mismos principios parecen ser ciertos para la percepción del espacio. Los animales, desde muy poco después del nacimiento, son capaces de valorar las distancias. Pero tanto los animales como los niños tienen, aparentemente, una fragmentaria concepción interna del espacio y tienen que ir controlándolo con la experiencia. El orden espacial es apreciado no sólo con los ojos sino también con el sentido del equilibrio alojado en el oído, con la piel y con los músculos locomotores y posturales. El organismo como un todo forma las percepciones mediante la coordinación y la integración. El factor principal para la percepción de tres dimensiones es nuestra visión binocular. La invención del estereoscopio ha hecho posible el estudio de los efectos de profundidad. Si a nuestros ojos se presentan dos fotografías de un mismo objeto, tomadas desde perspectivas ligeramente distintas, ambas se funden y dan el efecto de profundidad, lo que no resulta si se utilizan fotografías idénticas. También los efectos de lejanía parecen obtenerse por los cambios en la curvatura de cada ojo cuando cambiamos la mirada de cerca a lejos, o viceversa.
La percepción está relacionada no sólo con un factor que agrupa sino también con uno de simetría, de proporción y de distribución.

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